Hoy vuelve a ser 28 de febrero y como cada año celebramos este día de lucha y reivindicación, con la certeza de que más que nunca sigue teniendo sentido salir a la calle: “…a pedir paz y esperanza bajo el sol de nuestra tierra”…
Lejos queda ya en nuestras memorias y, en el tiempo, aquel referéndum que dio voz y voto a todos los andaluces y andaluzas, para que se iniciara un camino marcado por la ilusión y el entusiasmo como protagonistas de nuestra propia historia. Debemos recordar esa fecha para que no se nos olvide que ese fue el punto de partida de lo que fue el sueño de una utopía posible, una conquista colectiva, sin olvidar la importancia hoy de reavivar aquel espíritu, con la esperanza y las ganas renovadas.
Hoy, 39 años después, con un contexto político donde la extrema derecha no solo se ha colado en los gobiernos internacionales, sino que está dentro de nuestra casa, sentado en el Parlamento de todos los andaluces/as, metido en el seno de un gobierno tripartito, que ha puesto por encima los sillones, que la estabilidad de nuestra tierra, nuestra autonomía, lo que hace casi cuarenta años nuestros padres y abuelos dijeron alto y claro, no queremos ser más que nadie, pero no vamos a consentir ser menos.
Lejos queda ya en nuestras memorias y, en el tiempo, aquel referéndum que dio voz y voto a todos los andaluces y andaluzas, para que se iniciara un camino marcado por la ilusión y el entusiasmo como protagonistas de nuestra propia historia. Debemos recordar esa fecha para que no se nos olvide que ese fue el punto de partida de lo que fue el sueño de una utopía posible, una conquista colectiva, sin olvidar la importancia hoy de reavivar aquel espíritu, con la esperanza y las ganas renovadas.
Hoy, 39 años después, con un contexto político donde la extrema derecha no solo se ha colado en los gobiernos internacionales, sino que está dentro de nuestra casa, sentado en el Parlamento de todos los andaluces/as, metido en el seno de un gobierno tripartito, que ha puesto por encima los sillones, que la estabilidad de nuestra tierra, nuestra autonomía, lo que hace casi cuarenta años nuestros padres y abuelos dijeron alto y claro, no queremos ser más que nadie, pero no vamos a consentir ser menos.
Es por eso necesario reafirmarse ahora en los principios, en los medios y en los fines que dieron origen a nuestro sueño de autonomía, para que sigan vivos los recuerdos, como memoria y tributo a nuestro pueblo pero, también, para que sigan orientando la política de hoy y de mañana, de aquellos que no tenemos más recuerdos de esa fecha, que los que hemos heredado.
Andalucía, sin duda, mosaico de cultura, tierra impregnada por múltiples civilizaciones. Generosa en acogidas y testigo de infinitos y trascendentales acontecimientos. Poblada por gente pacífica, nunca vio en el otro un enemigo sino un forjador de nuestra cultura. No vamos a permitir hoy, que quieran cambiar nuestra idiosincrasia, no vamos a olvidarnos de quienes somos, de quienes nos tendieron la mano, de quienes hoy necesitan la nuestra.
“Andaluz, por tus venas fluyen claros vestigios tartésicos, perfumes de fenicia, valentía cartaginesa, sapiencia romana, el refinamiento arábigo» y la grandeza gitana. Andalucía, nunca más la sumisa, la callada y la que no pelea el reconocimiento de nuestra historia y se deja manejar desde fuera de nuestra tierra. «La no entendida por los que no saben mirar la redondez de su propio ombligo, tú con tus miras más lejanas participas de todos y todas y de todo, eres tan universal como tu cultura y abierta al mundo como las aguas de los mares que te bordean, tu espíritu universal lo pregonas en las palabras que forman parte de tu escudo: Andalucía por si para España y la humanidad.”
Hoy más que nunca, seguiremos pregonando nuestra propia realidad, orgullosos de ser quienes somos, y de que nuestra realidad sea un crisol de las muchas realidades que nos han precedido, una historia propia que vamos a seguir construyendo los andaluces y andaluzas desde Andalucía. Una Andalucía trabajadora y profunda, justa y progresista, alegre y esperanzada. Una Andalucía de todos y para todos y todas.
Andalucía, sin duda, mosaico de cultura, tierra impregnada por múltiples civilizaciones. Generosa en acogidas y testigo de infinitos y trascendentales acontecimientos. Poblada por gente pacífica, nunca vio en el otro un enemigo sino un forjador de nuestra cultura. No vamos a permitir hoy, que quieran cambiar nuestra idiosincrasia, no vamos a olvidarnos de quienes somos, de quienes nos tendieron la mano, de quienes hoy necesitan la nuestra.
“Andaluz, por tus venas fluyen claros vestigios tartésicos, perfumes de fenicia, valentía cartaginesa, sapiencia romana, el refinamiento arábigo» y la grandeza gitana. Andalucía, nunca más la sumisa, la callada y la que no pelea el reconocimiento de nuestra historia y se deja manejar desde fuera de nuestra tierra. «La no entendida por los que no saben mirar la redondez de su propio ombligo, tú con tus miras más lejanas participas de todos y todas y de todo, eres tan universal como tu cultura y abierta al mundo como las aguas de los mares que te bordean, tu espíritu universal lo pregonas en las palabras que forman parte de tu escudo: Andalucía por si para España y la humanidad.”
Hoy más que nunca, seguiremos pregonando nuestra propia realidad, orgullosos de ser quienes somos, y de que nuestra realidad sea un crisol de las muchas realidades que nos han precedido, una historia propia que vamos a seguir construyendo los andaluces y andaluzas desde Andalucía. Una Andalucía trabajadora y profunda, justa y progresista, alegre y esperanzada. Una Andalucía de todos y para todos y todas.
Seguiremos pregonando nuestro modelo de una Andalucía tolerante y plural, integradora y multicultural, solidaria y participativa, como valores esenciales de nuestra ANDALUCÍA, sin permitir ni un paso atrás.
Feliz día de Andalucía
ESTA BOCA ES MIA 